EL SUELO PÉLVICO MASCULINO: EL GRAN OLVIDADO DE LA SALUD DE LOS HOMBRES
Cuando hablamos de suelo pélvico, muchas personas lo asocian directamente con la mujer y con el embarazo o el posparto. Sin embargo, los hombres también tienen suelo pélvico, y su estado influye directamente en la calidad de vida, el rendimiento deportivo y la salud sexual y urinaria.
¿Qué es el suelo pélvico masculino?
El suelo pélvico está formado por un conjunto de músculos, ligamentos y tejido conectivo que cierran la pelvis por su parte inferior. En el caso de los hombres, estos músculos sostienen órganos como la vejiga, el recto y la próstata, y además participan de manera activa en funciones como:
- Control urinario y fecal
- Función sexual (erección, eyaculación y sensibilidad)
- Estabilidad lumbopélvica y transmisión de fuerzas en la práctica deportiva
Problemas frecuentes en el suelo pélvico masculino:
Aunque no se hable tanto de ello, muchos hombres sufren alteraciones relacionadas con un mal funcionamiento del suelo pélvico:
- Incontinencia urinaria: más común tras cirugías de próstata, pero también en deportistas que realizan actividades de alto impacto.
- Dolor pélvico crónico: puede estar relacionado con tensiones musculares, atrapamientos nerviosos o estrés mantenido.
- Disfunciones sexuales: dificultad para mantener la erección, eyaculación precoz o dolor durante las relaciones.
- Problemas digestivos: como estreñimiento asociado a un mal control de la musculatura.
¿Por qué cuidarlo?
El suelo pélvico masculino, igual que cualquier otro grupo muscular, puede entrenarse y rehabilitarse. Trabajarlo no solo ayuda a prevenir o tratar síntomas, sino que mejora la seguridad y confianza en la vida diaria.
Un hombre con un buen tono y control de su suelo pélvico:
- Tiene mayor control urinario.
- Disfruta de una vida sexual más plena.
- Reduce dolores asociados a la pelvis y la zona lumbar.
- Optimiza su rendimiento deportivo.
¿Qué puede hacer la fisioterapia?
La fisioterapia de suelo pélvico ofrece técnicas específicas de valoración y tratamiento que permiten:
- Reeducar la musculatura mediante ejercicios personalizados.
- Utilizar biofeedback o electroestimulación cuando sea necesario.
- Abordar el dolor con terapia manual y técnicas de relajación.
- Mejorar la función sexual y el control de esfínteres